sábado

18 de diciembre. Tercer Sábado

Todo hombre muere,
pero no todo hombre vive realmente

Braveheart (Mel Gibson, 1995)

No hace mucho, me reuní con un grupo de hombres para el almuerzo y la discusión se centró alrededor de la pregunta “¿Qué es vivir realmente?” Interesantemente, la respuesta no era tan fácil de encontrar como pensamos, y cuando propusimos algunas, éstas eran marcadamente diversas.

Un hombre sugería que vivir es “disfrutar las mejores cosas de la vida”. Otro comentaba “divertirse y evitar el trabajo pesado tanto como sea posible”. Eventualmente la discusión tomó un rumbo más serio conforme la gente admitía que mientras que las cosas materiales y las actividades agradables pueden mejorar la vida, “vivir realmente” debía involucrar intangibles que no pueden meterse en una caja o aparecer en una agenda.

Hace muchos siglos, Jesús hablaba con sus seguidores acerca de “vivir realmente”. Él decía, “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10) pero ¿Qué significa tener vida en abundancia?

Vivir Realmente involucra un propósito. Un elemento importante para el éxito de cualquier empresa es la declaración de su misión – alguna expresión de su propósito, su razón de existir. Como individuos, también necesitamos una “declaración de misión” por llamarle de alguna forma. Necesitamos comprender por qué existimos. Sin un sentido de propósito, podemos fácilmente engancharnos en persecuciones vacías, actividades que parecen atractivas, pero a final de cuenta no tienen resultados positivos o duraderos. En 2 Timoteo 3:10 el apóstol Pablo escribió: “Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad amor, paciencia”. Él tenía una clara idea de a donde estaba yendo y cómo llegar allí.

Vivir realmente involucra trabajo. El Trabajo no es un “mal necesario”, sino una de las formas en las que podemos utilizar nuestras habilidades, experiencia, dones innatos, para beneficio propio y para beneficio de otros. Contrario a lo que alguna gente cree, vivir de lleno no significa el evitar el trabajo. El trabajo es una expresión de quienes somos y lo que fuimos diseñados ser “el que es negligente en su trabajo es hermano del hombre disipador” (Proverbios 18:9)

Vivir realmente involucra amor. Vivimos en un mundo narcisista en el cual típicamente nos preguntamos “¿Qué hay en él para mí?” Sin embargo uno de los sentimientos más profundos e irresistibles es el amor, el cual requiere cambiar nuestro enfoque del interior hacia el exterior. Existe el amor romántico y el sexual, pero también el amor por la familia, amigos, por el país de uno, incluso amor por una noble causa. Cuando el amor es expresado a través de una acción desinteresada, la vida se incrementa tanto en profundidad como en amplitud “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). “Amor y verdad guardan al rey, y con amor se sustenta su trono” (proverbios 20:28).

Vivir realmente involucra dar. Una vista egoísta de la vida se enfoca en lo que uno recibirá, pero Jesús dijo: “…más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35). Es una curiosa verdad que cuando damos – ya sea de nuestras posesiones materiales, nuestro tiempo y energía, incluso un oído para escuchar o una palabra amable – también recibimos. Recibir es una calle de sólo un sentido, pero dando también recibimos, haciendo una verdadera relación en dos sentidos. Uno de los más grandes gozos en la vida es saber que algo que damos puede mejorar la vida de otras personas. “Peca el que menosprecia a su prójimo; mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado” (Proverbios 14:21).

¿Estás interesado en vivir realmente? Siguiendo y aplicando los principios arriba indicados será un excelente inicio hacia esta dirección. Vive con propósito. Vive a través de tu trabajo. Vive con amor. Vive dando.
Robert J. Tamasy
 
Porque queremos vivir de verdad, vivir en la verdad, sentirnos realmente vivos...
¡Ven, Señor Jesús!

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