lunes

29 de noviembre. Primer Lunes.

Los ogros somos como las cebollas


Shrek (Andrew Adamson y Vicky Jenson, 2001)

La verdad nos hace libres, y esa verdad incluye la mía, mi realidad, mi identidad, mis verdaderos intereses, quién soy y para qué vivo. Si yo oculto y disfrazo mi verdad y aparento ser lo que no soy, entonces me quedaré en la superficialidad y no podré llegar a lo profundo.

San Agustìn decía. “Que me conozca, Señor, para que te conozca”. Ocultando nuestra realidad no podemos encontrarnos tampoco con Dios, porque estaremos presentándole a Dios una apariencia. ¿Por qué no tratar de ser nosotros mismos al menos en la oración? Nada mejor que estar ante Dios tal como somos, con nuestras intenciones reales, nuestras miserias, nuestros deseos, sin pretender engañarlo ni ocultarle nuestra verdad.

Nuestra vida en sociedad está llena de máscaras, barnices, adornos, disimulos. Tanto nos acostumbramos a presentar una imagen que llega un momento que ya no sabemos quienes somos nosotros mismos en realidad. Cuando nos descuidamos, comenzamos a fabricar alguna máscara para evitar los cambios más profundos, o porque no nos atrevemos a ser nosotros mismos.

¿Cuáles son las máscaras que tenemos que entregarle al Espíritu Santo para que él nos libere?
P. Víctor Manuel Fernández

Porque necesitamos ayuda para ser auténticos y mostrarnos sin temores...
¡Ven, Señor Jesús!

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