lunes

6 de diciembre. Segundo Lunes

No conviene deleitarse en los sueños
y olvidarse de vivir

Harry Potter y la piedra filosofal (Chris Columbus, 2001)
Dios ha puesto un sentido del pasado y del futuro en nuestros corazones. (…) Sabemos por experiencia lo difícil que es estar dentro del momento actual, ya que ni el pasado ni el futuro nos dejarán solos. Están siempre influyendo en el presente. El pasado nos ronda con canciones de cuna medio olvidadas y con melodías que provocan memorias pasadas, con amores encontrados y perdidos, con heridas que nunca cicatrizaron, y con sentimientos incipientes de nostalgia, pesar, y con necesidad de aferrarse a algo que pasó en otro tiempo. El pasado está siempre sembrando inquietud en el momento presente. Y el futuro, igualmente, se abre paso a sí mismo al interior del presente, vislumbrándose como promesa y amenaza, exigiendo siempre nuestra atención, sembrando siempre ansiedad en nuestras vidas y despojándonos siempre de la capacidad de saborear realmente el presente.

(…) Los filósofos y poetas dan a este fenómeno diversos nombres: Platón lo llamó “locura procedente de los dioses”; los poetas hindúes lo han llamado “nostalgia del infinito”; Shakespeare habla de “anhelos inmortales” y San Agustín lo llamó, con el nombre más conocido y famoso de todos, “incurable inquietud”. Inquietud que Dios ha colocado en el corazón humano para que se guarde de encontrarse a gusto y estable en algo que es menos que infinito y eterno: “Nos has hecho para ti, Señor, y nuestros corazones están inquietos hasta que descansen en ti”.
Ron Ronheilser

Para encontrar un equilibrio entre anhelos y realidad, que nos ayude a encontrar la felicidad en cada momento de nuestras vidas...
¡Ven, Señor Jesús!

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